Ciudadanos, política, elecciones y desencanto

El artículo 216 de la Constitución dominicana refiere que los partidos políticos, junto con los movimientos políticos accidentales, tienen como sus objetivos esenciales: garantizar la participación de ciudadanos y ciudadanas en los procesos políticos y contribuir, en igualdad de condiciones, a la formación y manifestación de la voluntad ciudadana, respetando el pluralismo político, mediante la propuesta de candidaturas a los cargos de elección popular.

Prestamos atención un momento más a aquello de “garantizar la participación de ciudadanos y ciudadanas en los procesos políticos”, que por demás es un principio de la democracia. Participar engloba acciones como: tomar parte en unos comicios o en una reunión sectorial, el apoyo a determinado candidato durante una campaña electoral, votar, militar en un partido político, presentarse en manifestaciones de protesta, entre otras.

El modo más común de participación política ciudadana es la electoral.  No obstante, en Latinoamérica, los electores desencantados con cada vez más y se alejan de las urnas. República Dominicana no es la excepción.

La abstinencia de votantes en las elecciones generales del 15 mayo de 2016 aumentó hasta un 30.4 %, lo que manifiesta un ligero aumento, en comparación con las elecciones de 2012, de 2008 y de 2004 con 29.77%, 29% y 27%, respectivamente.

Si vemos la intención de voto ahora, encontramos en la encuesta Gallup-Hoy publicada en mayo de este año, que se mostró la insatisfacción de la ciudadanía y su anhelo de cambios políticos, sociales y económicos, reflejando el hastío con los partidos que han gobernado los últimos 23 años. Aun con las preferencias por el PLD y PRM, por ejemplo, el estudio indicó que un 24% de la población no prefiere a ninguno. Igualmente, se preguntó: “Si las elecciones fueran ahora, ¿por quién votaría?”. Un 18% no respondió.

Por otro lado, una encuesta de Mark Penn-Sin develó que el 59% de los encuestados no tiene preferencia partidista, y aparece el PLD con 23% y el PRM con 13%. Otras investigaciones sobre preferencias político electorales han concluido que un alto porcentaje de la ciudadanía prefiere que el país sea gobernado por un partido diferente ya, incluso que se necesita un cambio radical, “tal vez hasta revolucionario”.

Lo reflexionado anteriormente sirve de base para deliberar que la ciudadanía tiene tanto desencanto como promesas incumplidas en el país y que con razón siente desesperanza.

Y es que si bien la democracia ha avanzado, y contamos con considerable solidez en las instituciones electorales, no se puede decir que los partidos están lo suficientemente afianzados; por el contrario, están desacreditados, con crisis en su estructura e imagen. A eso se le suma que los ciudadanos están decepcionados de los gobiernos, considerándolos ineficaces e hipócritas.

Entonces, ¿llegaremos al punto de que la minoría escogerá al gobernante? Más aún, ¿dejaremos que los peores sean quienes aspiren y ganen? Esas son consecuencias de no participar.

Nuevo liderazgo

Cada vez más el nuevo liderazgo político se define como contrapuesto a los valores y formas de actuar tradicionales de los aparatos políticos. El rechazo de la sociedad a la partidocracia es mayor día a día. Los crecientes índices de desafección política en las democracias occidentales tiene mucho que ver con ella. Por eso, empiezan a ser comunes las victorias de los outsiders.

Diluirse en las formas típicas y los contenidos habituales de los partidos políticos no ayuda a crear un nuevo liderazgo. Más bien al contrario, sólo aquel que tiene algo diferente que aportar captará la atención de su entorno y será capaz de sobresalir.

Es necesario y urgente enfrentarse a los valores tradicionales y aportar algo nuevo; tener una sabia lectura de los actuales tiempos y, mejor aún, una estrategia para traerse el voto, no solo de las mayorías que deciden, sino también de aquellos desvinculados, desilusionados y que se sienten ignorados. ¿Quién dice “yo los conquistaré”? Igual, falta que lo demuestre… a ver si se gana que todos ellos depositen el futuro del país en sus manos. Convénzanles de que vale la pena participar.

Por Dra. Lucivel Avila – Ver Articulo ZonaE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *